La Obra de Sagasta (Luis Arana Sagasta, 1929) es una sinfonía de creatividad. Su obra transmite poderosamente la exaltación de su fuerza, expresando su humanismo, poniendo de manifiesto un elevado y sobresaliente conocimiento de la técnica de la pintura, sorprendiendo con su colorido, transmitiendo con voz propia, una visión genuinamente profunda del autor, en el mundo contemporáneo.
Sagasta da voz a los invisibles, a los marginados, a los olvidados, a los excluidos, a los exiliados… Ellos y su trágica esperanza existen y están presentes en su obra que simultáneamente cuenta con un gran volumen de propuestas (alegorías, fábulas, temas místicos, personajes, retratos, paisajes, marinas), situándolos en espacios inconcebibles que conforman su universo creativo, en constante evolución.
La obra de Sagasta está viva.